lunes, 13 de agosto de 2007

...solitos, con una vista increíble que se prestaba para tantas cosas. Volar

Día cuatro


El recorrido de hoy fue agotador. Fuimos de nuevo a Los Llanos, pero pasé por todas las casas de las comunidades sólo con mi intérprete. Ya no en equipos, pues se desperdiciaba mucha gente entre más grande fuera el grupo. Otra cosa que la escuela no te enseña: trabajar efectivamente en equipo.

Tomamos las fotos que la cámara descompuesta de ayer nos impidió obtener. Vi unos cuatro parajes que añoraría tener cerca de mi casa y disfrutar todos los días. Son de las cosas que se que nunca me hartaría de tener conmigo. Lugares solitos, preciosos, con una vista increíble que se prestaba para tantas cosas. Volar. Pero tuve que sólo imaginármelo, desearlo y saber que tendría que volar, precisamente, para regresar a ellos.

Regresamos temprano, pero todos asoleados a comer. Después tuve que ir a dar una clase de computación, por que el maestro que regularmente la da no podía y pues aproveché. Hay mucho entusiasmo, pero pocas los usos que encuentrana lo que aprenden. Así que la mitad de la clase compartí algunas de mis trilladas filosofías del uso de la tecnología en cualquier cosa.

Más tarde pude acompañar a Manolo, que es el encargado de que las cosas funcionen en la fundación, por bultos de cemento e hicimos dos viajes de cuarenta minutos cada uno para transportar dos y media toneladas de un lugar a otro casi solos nosotros dos. Terminamos apenas a las 9:00 y ya no pude cenar. Después hubo noche de juego y caña, pero estoy a punto de empezar a soñar y revivir lo que mi mente pudo robar de este paraíso.

1 comentario:

Unknown dijo...

He podido conocerte más a través de tus palabras mágicas que llenan mi espíritu de asombro y paz inmensa!!!! Gracias OMMA